Por analogía, racismo, sexismo y especismo son conceptos con actitud tendenciosa a favor de los intereses de los miembros de su propia especie y en contra de los miembros de otros géneros. Si un ser sufre, no hay justificación moral. Sin importar la naturaleza del ser, el principio de equidad indica que el sufrimiento no es diferente. Los racistas violan este principio dando mayor interés a su propia raza. Los sexistas violan el principio de igualdad favoreciendo los intereses de su propio sexo. De forma similar, Los especistas permiten que los intereses de su propia especie sobrepasen los intereses de otras especies. En cada uno de los casos, el patrón es idéntico. Entre las numerosas familias humanas, se venera una regla moral imperativa del respeto. Todos los humanos son alguien y no cosas. Moralmente, el trato irrespetuoso ocurre cuando aquellos que se encuentran en el poder o tienen una relación de poder, tratan a los débiles como si fuesen meros objetos. El violador se ensaña con el violado y el amo con el esclavo. En cada uno de estos casos los poderosos abusan de los que no tienen poder. ¿Podría ser esta verdad aplicable al trato con los animales?
Concordamos en que los animales no comparten nuestros deseos. Concordamos en que los animales no conocen lo que nosotros conocemos y concordamos en que los animales no son seres racionales. Sin embargo, tenemos deseos en común y comprenden cosas que nosotros también comprendemos, como el deseo de comida, agua, abrigo, compañía, libertad y rechazo del dolor. De acuerdo a estos principios fundamentales, los humanos están codo a codo con puercos, vacas, gallinas y pavos. El dolor es el dolor, transmitido por los nervios al celebro.
La ignorancia es la primera línea de defensa del especista, sin embargo es quebrantable por cualquiera con determinación para conocer la verdad. La ignorancia ha prevalecido por mucho tiempo solo porque la gente no quiere conocer la realidad y se refugian en la consciencia vaga de que las condiciones no pueden ser demasiado malas. Esta falta de conciencia colectiva, no se basa en que sea imposible conocer lo que esta sucediendo, sino mas bien en que deseamos continuar siendo ignorantes ante una realidad que nos podría producir culpabilidad. Pero se trata de dolor y sufrimiento, no de inteligencia, fuerza, clase social o derechos civiles. El dolor y el sufrimiento son esencialmente negativos y deben evitarse o minimizarse sin considerar la raza, género o especie del que sufre. Todos estamos sobreviviendo.
Es irónico que aun aceptando cuan indispensables son los animales para la supervivencia humana, demostremos tal falta de respeto por aquellos que nos proveen. Sin duda, a esto debe referirse el dicho de “morder la mano que nos dá de comer”. De hecho, la hemos pisoteado y escupido. Si con la moneda que pagamos nos pagarán ¿que precio pagaremos por su dolor?.
Concordamos en que los animales no comparten nuestros deseos. Concordamos en que los animales no conocen lo que nosotros conocemos y concordamos en que los animales no son seres racionales. Sin embargo, tenemos deseos en común y comprenden cosas que nosotros también comprendemos, como el deseo de comida, agua, abrigo, compañía, libertad y rechazo del dolor. De acuerdo a estos principios fundamentales, los humanos están codo a codo con puercos, vacas, gallinas y pavos. El dolor es el dolor, transmitido por los nervios al celebro.
La ignorancia es la primera línea de defensa del especista, sin embargo es quebrantable por cualquiera con determinación para conocer la verdad. La ignorancia ha prevalecido por mucho tiempo solo porque la gente no quiere conocer la realidad y se refugian en la consciencia vaga de que las condiciones no pueden ser demasiado malas. Esta falta de conciencia colectiva, no se basa en que sea imposible conocer lo que esta sucediendo, sino mas bien en que deseamos continuar siendo ignorantes ante una realidad que nos podría producir culpabilidad. Pero se trata de dolor y sufrimiento, no de inteligencia, fuerza, clase social o derechos civiles. El dolor y el sufrimiento son esencialmente negativos y deben evitarse o minimizarse sin considerar la raza, género o especie del que sufre. Todos estamos sobreviviendo.
Es irónico que aun aceptando cuan indispensables son los animales para la supervivencia humana, demostremos tal falta de respeto por aquellos que nos proveen. Sin duda, a esto debe referirse el dicho de “morder la mano que nos dá de comer”. De hecho, la hemos pisoteado y escupido. Si con la moneda que pagamos nos pagarán ¿que precio pagaremos por su dolor?.