jueves, 11 de junio de 2009

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Tuvimos la última discusión exactamente cinco minutos antes del fin del mundo. El acababa de estrellar contra la pared un jarrón azul que nunca le había gustado mucho y permanecía parado en medio de la sala, con el rostro enrojecido y los puños cerrados, conteniéndose para no echar a andar hacia la cocina en busca del cepillo y el recogedor. Sabia de sobras que yo no soportaba el desorden y que esos fragmentos de vidrio desperdigados me dolerían en las puntas de los dedos. Tuve miedo a que andar o pestañear fueran decisiones irrevocables. Sin embargo la ansiedad me hizo salir corriendo y preparar un equipaje de urgencia para marcharme, moviéndome frenética de un lado a otro del dormitorio, abriendo cajones, eligiendo camisas e intentando pensar a contrarreloj qué cosas son verdaderamente necesarias cuando una se marcha con intención de no volver.

4 comentarios:

Busca qui t'ha pegat dijo...

quan marxes només cal una muda i el passaport ;)

les fotos són de ma casa, que l'acabe d'estrenar :)

em donaries permís per il·lustrar algun text amb alguna foto teua? :)

Pàola Morillo Saaghy dijo...

Y se llevó su corazón en el equipaje.

Bonito.
Un beso en un jarrón azul,
;)

lordbat dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
lordbat dijo...

No se va.


Unas fotos [muy] bonitas.