sábado, 27 de junio de 2009

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Cayeron en la noche como dos cuerpos pesados y nunca más salieron de ella. Al principio no estaban seguros de si realmente querían estar allí, pero el sonido de la ropa cuando llega al suelo y la oscuridad salieron en su ayuda. Cruzaron unas cuantas palabras para asegurarse de que todavía tenían voz. Las manos hablaron aun más. Y con las piernas enredadas escribieron un libro entero de posibilidades.

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