martes, 14 de julio de 2009

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La chica pelirroja se encontró con otra noche interminable en la puerta del ascensor. Decidió que hacer todo lo posible para no rendirse era innecesario y se fue perdiendo poco a poco, sintiendo cómo los pequeños gestos de su rutina la hacían vacilar y la llevaban a entregar cualquier rastro de valor que pudiera quedarle. No tenía hambre. No tenia sueño. Ninguna canción podía calmarla. La tarántula seguía avanzando hacia su vientre y ella temblaba pensando en el roce peludo de sus patas. Desesperación, ruido de tuberías, tomar conciencia del paso del tiempo, de cada fracaso, del distanciamiento de Javier, a esa hora en cualquier parte menos allí, con cualquiera menos con ella. Mañana otro día como el de hoy.

5 comentarios:

Rouge dijo...

Y volver a sobrevivir un día más.

Javier dijo...

pero al siguiente dia todo puede ser mucho mejor...
=)
♣♠♫♪

La Caperucita que se enamoró del lobo. dijo...

Me llegit varies entrades d'aquest blog i... M'ENCANTA!
estas a la meva llista de blogs que llegeixo.

Un petó!

Elisa McCausland dijo...

pelirrojas, mmm, peligrosas

Pere dijo...

Juegas de miedo con las palabras, artista. Me encanta este estilo tuyo, porque de pronto, me suena todo lo que leo, casi adivino de dónde salen las frases, casi medio mías. Y de casualidad, oiga.